En esta propuesta de Memorias Compartidas Fundación Katz, los y las participantes se convirtieron en interlocutores activos, creando respuestas personales a situaciones disparadoras. La consigna inicial abrió paso al juego, con asociaciones de palabras que activaron memorias, emociones y complicidades. Como broche de oro, una integrante comenzó a cantar tangos que sintetizaban lo vivido, y los cuentos surgieron como si siempre hubieran estado ahí, esperando ser contados. Una experiencia donde la memoria se dice, se canta y se reinventa colectivamente.
A continuación algunos fragmentos del encuentro


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